capilla de música: los seises

Parece que los seises han pertenecido a la catedral desde siempre. Solo los quitaron unos 20 años en el s. XVIII porque no había dinero para mantenerlos, pero después lo recuperaron. Igual ha pasado en la actualidad.

El nombre

No se sabe realmente por qué se llaman así. Sólo ocurre así en España y se mezclan los seises con otros términos como pajecillos, infanzones, etc. Algunos especialistas piensan que el nombre se refiere a los seis años que duraba su trabajo en la catedral, o que solían ser seis, pero lo cierto es que su número cambiaba constantemente de 3 a 7 a lo largo de la historia.

Procedencia

Los seises eran escogidos entre niños de toda la diócesis, por lo bien que cantaban, incluso de fuera de Cádiz. Eran unos privilegiados, porque el resto de niños no solían acceder a ningún tipo de enseñanza hasta el s XX.

Su casa

Era la casa del maestro de capilla, que les tenía que dar cama, ropa, comida y enseñarles música, aunque ésto último lo podía delega en el organista, o en un maestro de gramática latina. Cuando se crea el Colegio de Santa Cruz, en el XVIII, van a vivir allí, con más maestros y otros niños, en el edificio que está junto a la Catedral Vieja.

Unida a la casa de la contaduría está la del Canónico Terminelli, que fue en su momento también Colegio de Santa Cruz, donde vivieron los seises.

Su ropa

En aquella época, la ropa era muy cara, por eso se anotaba en los libros de la catedral. Los seises vestían para las celebraciones las ropas que salen en las pinturas que se conservan en el trascoro: sotana y bonete rojos, y sobrepelliz blanca.

óleos sobre la bendición y la dedicación de la Catedral, en los que aparecen los seises

En otras fiestas más importantes, como en Corpus, cambiaban su atuendo por uno parecido a los de los pajes del rey, portaban unos bastones con cascabeles y podían acompañarse de guitarras, panderetas. etc. En navidad se vestían de pastorcillos e interpretaban algunos autos sacramentales. No está claro en los documentos de la catedral si bailaban como los de Sevilla, pero sí aparecen niños danzantes y se sabe que cantaban en determinadas partes de la procesión con la capilla.

Como podemos ver en este cuadro, los seises tenían mucho trabajo al día. Cantaban en el coro junto a capellanes y canónicos los versos, ensayaban con la capilla de música y después tenían clase de canto, instrumento y latín. Además algunas veces cantaban fuera de la catedral.

Otras localidades

En otras localidades se llaman también seises, como en Sevilla, infantitos, como en el Pilar de Zaragoza, etc.